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Misión del bibliotecario



Así tituló Ortega y Gasset la conferencia de apertura del II Congreso Internacional de Bibliotecas y Bibliografía, que dictó en el Paraninfo de la Universidad Central de Madrid, el 20 de mayo de 1935.


Ortega y Gasset con Louise-Noëlle Malclés, bibliotecaria de la Sorbona, a la que dedicó
su obra Misión del Bibliotecario. 
José Ortega y Gasset: imágenes de una vida 1883-1955,
Ministerio de Educación y Ciencia-Fundación José Ortega y Gasset, 1983. 
Fondo Documental Marino Gómez-Santos


En el Congreso se discutieron los temas que más preocupaban por entonces a los bibliotecarios, manteniendo algunos de ellos, casi un siglo después, el mayor interés: el fomento de la lectura, el acceso al libro mediante un procedimiento eficaz de préstamo internacional, la sobreabundancia de títulos publicados y la necesaria formación del bibliotecario para adecuarlo a las exigencias del desarrollo de la ciencia y de la cultura.

En su conferencia, Ortega y Gasset se fijó especialmente en el problema de la abundantísima producción de títulos, que sentía más como una carga que como una bendición. El número de publicaciones es tan grande, decía, que el investigador, el científico o el profesor, por más que se especialice, es incapaz no sólo de conocer en su integridad lo publicado sino, siquiera, de hacer una selección solvente de lo que ha de leer para estar al día.

A la sobreabundancia de publicaciones se añadía otra consideración limitante: Ortega y Gasset vivía en la época del reinado del libro, entendido como el mejor artefacto para fijar y transmitir el saber.

Hoy día la sobreabundancia de lo publicado es ya un caudal torrencial que no para de crecer. No sólo ha aumentado exponencialmente el número de títulos que se publican, sino que los soportes que albergan la información, fruto del desarrollo tecnológico, son también más numerosos, a lo que se añade que aquello que se entiende que es relevante para el progreso del conocimiento es mucho más que unas conclusiones o unas ideas que se puedan poner por escrito. Vivimos, por tanto, en un estado de hiperinflación de la información que algunos, muy acertadamente, llaman infoxicación, que provoca ciertas patologías aún poco estudiadas: se lee poco, se lee deprisa, se lee mal, no se lee lo que es menester y se pierde el tiempo leyendo lo que no procede.

La sociedad democrática es hija del libro, dirá Ortega. Del libro escrito por el hombre una vez superado el dominio del libro revelado por Dios o del libro de leyes y decretos dictado por el autócrata. El libro libera, pero en sobreabundancia se convierte en un problema, en una distorsión. Aparece aquí, para Ortega, la necesidad del bibliotecario como portador de nuevas tareas.


Ortega y Gasset en la biblioteca de la Sorbona.
José Ortega y Gasset: imágenes de una vida 1883-1955, 
Ministerio de Educación y Ciencia-Fundación José Ortega y Gasset, 1983.
Fondo Documental Marino Gómez-Santos


El bibliotecario, según Ortega, una vez alcanzada la madurez del oficio, ha de convertirse en una suerte de higienista del libro, completando así su función de guardián de la cultura. El bibliotecario debe alcanzar para cada libro la mayor cota de perfección catalogadora, que habrá de ser universal y automática. Además, habrá de ser un orientador, un buscador, un facilitador y seleccionador de títulos para el estudioso que, sin tiempo suficiente para estudiar, corre el riesgo cierto de perderse en la selva de títulos que le rodea. Pero aún le quedaría otra misión que cumplir: quizás el bibliotecario haya de ser la pieza central en una tarea radicalmente nueva, como es la organización colectiva de la producción del libro, consistente en dificultar la emisión de libros inútiles y fomentar la de aquellos que su ausencia daña.

Con el Portal Web de Búsqueda del FDMGS, hemos querido cumplir algunas de las misiones del bibliotecario tal y como las ideó Ortega y Gasset.

La Universidad Rey Juan Carlos no sólo custodia el Fondo Documental. Además, tiene la obligación de mostrarlo organizada y progresivamente al público interesado, sin trabas de acceso, en abierto. Por tal razón, hacemos accesibles los documentos que lo componen con una herramienta de búsqueda eficaz que procuramos mejorar día a día.

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