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Mostrando entradas de junio, 2020

Teoría de la siesta

Hay muchas razones para dormir la siesta. Muy pocas tienen que ver con la pereza, como dibuja la caricatura calvinista, muy malintencionada, de los países del sur de Europa, porque quizás la duerman también los calvinistas y si no lo hacen es porque no padecen los rigores de nuestra canícula, no tienen descentrado el horario con respecto al meridiano geográfico en el que viven, se levantan a la misma hora que nosotros y se recogen en sus casas por la tarde para echar una cabezada si se les antoja, en el secreto de su privacidad y a la hora en la que, dentro del mismo día, comienza otra jornada laboral en el sur de Europa. Esta relación tramposa entre la siesta y la holgazanería se desmonta sin esfuerzo. ¿Duerme la siesta el que de puro gandul se levanta a las tantas? No, porque ya está ahíto de sueño. ¿Y el que madruga al alba y con aplicación se pone a la faena? Quizás y muy merecidamente. Hay vagos que duermen muy poco y gente laboriosísima que se echa unas siestas soberbias. ¿