Julio de 1948. Pío Baroja pasea por las inmediaciones de su casa de la Calle de Ruiz de Alarcón (Madrid), acompañado por los miembros de su tertulia: Gil Delgado, Luis Fernández Casas, el Doctor Arteta, Julio Caro Baroja y una profesora inglesa. La editorial La Felguera, especializada en obras de culto, marginales y trangresoras, acaba de publicar una selección de textos de Pío Baroja con el título Las calles siniestras. Antología del eterno paseante (2019). Recoge este libro trabajos menores del autor sobre sus paseos por los arrabales de Madrid, Londres y París, extramuros sórdidos que ejercían sobre su persona un magnetismo que excitaba su imaginación literaria. Baroja era un gran observador de la vida de los marginados, de los bajos fondos y de los tipos humanos más extraños, convirtiéndolos en material que trasladó a muchas de sus obras, aportación sin la cual no se entiende cabalmente, por ejemplo, su trilogía La lucha por la vida : La Busca (1904), Malahierba
El escritor y periodista Marino Gómez-Santos donó a la Universidad Rey Juan Carlos su Fondo Documental Personal (FDMGS) formado por unos 70.000 documentos gráficos, sonoros y en papel, en los que se recoge una parte relevante, y muchas veces íntima, de la historia de España del siglo XX. El archivo se encuentra en una sala de acceso restringido de la Biblioteca del Campus de Fuenlabrada. En este blog mostraremos periódicamente sus contenidos a partir de un personaje, un tema o un acontecimiento.